domingo, 26 de abril de 2009

Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo

Para amar al prójimo, primero debemos amarnos a nosotros mismos. Ya que el Señor nos dice" Ama al prójimo como a ti mismo" por tanto, si tú no te amas primero no puedes amar al prójimo.
¿Cómo amarse a sí mismo? Pues el amor a sí mismo, no es como hoy en día "el mundo" enemigo nuestro, al igual que el pecado y la carne como afirma san Agustín, nos dice que amarnos a nosotros mismos es ponernos más guapos, ir vestidos muy monos y monas, da igual que seas hippie, funky, pija,...total te preocupas por tus modelitos da igual de que color y corte sea. Amarte a ti mismo, no es estar horas al sol bronceandote, y darte unas vacaciones en el caribe, ni salir de fiesta por la noche. No. Ese no es el amor a uno mismo.

El verdadero AMAR A SÍ MISMO, es la propia SALVACIÓN del alma. Pues este cuerpo, se lo comen los gusanos, y tanto esfuerzo para estar "bien contigo mismo" dónde se quedó? te lo pudistes llevar contigo? NO. Ese es el verdadero amor propio: nuestra salvación. "De qué te sirve ganar el mundo entero, si te pierdes a ti mismo?" Nos dice el Señor. Preocuparnos por nuestra alma. Si, el alma no la vemos, no vemos en que estado está. Pero la luz de Dios nos desvela esa falta de conocimiento.

Nunca podremos llegar a conocernos, si no conocemos a Dios. Porque hemos sido creados a imagen y semejanza de El, y verLE y conocerLE, es como si nos viéramos y nos conociéramos. Y conociendo la verdad, hallamos la humildad, ya que vemos que estamos hechos de barro y que nada somos, y nada podemos hacer sin El como El bien nos dice. Acercarnos a la Luz, es poner todo al descubierto, nuestras obras, pensamientos, inclinaciones,...Sí. El que no conoce la Biblia, no conoce a Jesucristo. San Agustín
Buscar nuestra salvación, cumpliendo los mandamientos como nos pide el Señor:




Maestro, ¿Qué he de hacer para tener en herencia la Vida Eterna?

El le dijo: “¿Qué esta escrito en la ley? ¿Cómo lees? ”

Respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Le dijo entonces:

Bien has respondido. Haz eso y vivirás”. (LC. 10, 25-28)

El primero "Amarás al Señor sobre todas las cosas", ese es el primero de todos. Ya que amando al Señor, es imposible no amar a tu hermano. Y el incumplimiento de esta ley de amor, vienen todos los demás mandamientos donde se derivan todos los pecados. Amar al Señor de todo corazón, amarlo de verdad y entregarnos a El. El está en el sagrario, allí nos espera para que nos empapemos de su gracia y amor. Al salir, nos espera en el hermano, para que le amemos y le hagamos llegar el Amor de Dios, con nuestras palabras, ejemplo, oración,...El Señor nos espera en la confesión, ya que cuando caemos, traicionemos, el nos espera con los brazos abiertos como el padre del hijo pródigo. Para levantarte, fortalecerte. Todo, consiste en amar a Dios, todo.
El nos amó primero, y entregó a su hijo único. Antes de que pecaras, ya se había crucificado.
¿Existe un amor más grande?