domingo, 15 de febrero de 2009

Orar con San Alfonso María de Ligorio


San Alfonso María de Ligorio es doctor de la oración. Y es una verdadera joya tener la oportunidad de leer sus escritos y poder aprender de él.

¡Orar siempre!...
"Orad, orad, orad y no abandonéis jamás la oración: el que ora se salva, el que no ora, se pierde".
"Hay quienes recitan muchas oraciones vocales; pero, si no se practica la oración mental, difícilmente se harán bien las vocales, que se pronuncian distraídamente, por lo que apenas si las escucha el Señor...
Y esto se comprueba con la experiencia: muchos recitan diversas oraciones vocales, el oficio divino, el rosario, y, sin embargo, caen en pecado y continúan viviendo en él.
Por el contrario, quien se ejercita en la oración mental, cae díficilmente en pecado; y si alguna vez tiene la desgracia de caer, no será fácil que permanezca mucho en tan miserable estado; o dejará la meditación, o dejará el pecado.
Oración y pecado no pueden vivir juntos"

Nos exhorta a pedir el don de la oración:

"Dios del alma mía,...se que tú me escucharás siempre cuando recurra a ti.
Pero temo olvidarme de orar por negligencia mía, y que eso sea la causa de perder tu gracia.
Por los méritos de Jesús concédeme la gracia de orar, pero una gracia abundante, que me haga orar siempre y orar como se debe.
¡Oh María, Reina mía!, tú que consigues de Dios cuanto le pides, por el amor que a Jesús
profesas, obtenme la gracia de orar, de orar siempre sin fatigarme hasta el momento de la muerte.Amén" -(Cuadro de la Virgen María pintado por San Alfonso M. de Ligorio)


Orar ante Cristo crucificado:


"Sí mi dulce Redentor, permíteme decirte, ¡estás loco de amor! No es una locura que hayas querido morir por mí, por un gusano, un ingrato pecador y traidor. Pero, si tú Dios mío, te has vuelto loco de amor por mí, ¿Cómo no me vuelvo yo loco de amor por ti?
Después de haberte visto morir por mí, ¿Cómo no me vuelvo yo loco de amor por ti? Después de haberte visto morir por mí, ¿cómo puedo pensar en otra cosa fuera de ti?
¿Cómo puedo yo amar otra cosa que a ti?
Oh latigazos, oh espinas, oh clavos, oh cruz, oh heridas, oh dolores, oh muerte de Jesús, vosotros me apretáis tanto, vosotros me forzáis tanto por amar a quien tanto me ha amado."

No hay comentarios: