domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Qué son las indulgencias?

Todavía podemos ver a gente que no saben que son las indulgencias, y por eso aquí intetaremos explicar brevemente, ya que es importante y justo que sepan todos acerca de este tesoro tan grande que las iglesia nos regala.


(Cartel en una de las iglesias de México)

Indulgencia: latín "indulgentia", de indulgeo, "ser compasivo". Significa "favor". Aparece en Isaias 61,1, en la traducción Vulgata significando liberación.



"La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos". Catecismo de la Iglesia Católica N.1471



(*)"Las indulgencias se obtienen por la Iglesia que, en virtud del poder de atar y desatar que le fue concedido por Cristo Jesús, interviene en favor de un cristiano y le abre el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos para obtener del Padre de la misericordia la remisión de las penas temporales debidas por sus pecados. Por eso la Iglesia no quiere solamente acudir en ayuda de este cristiano, sino también impulsarlo a hacer obras de piedad, de penitencia y de caridad"

"Para entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia es preciso recordar que el pecado tiene una doble consecuencia. El pecado grave nos priva de la comunión con Dios y por ello nos hace incapaces de la vida eterna, cuya privación se llama la "pena eterna" del pecado. Por otra parte, todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las creaturas que tienen necesidad de purificación, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio. Esta purificación libera de la que se llama la "pena temporal" del pecado. Estas dos penas no deben ser concebidas como una especie de venganza, infligida por Dios desde el exterior, sino como algo que brota de la naturaleza misma del pecado. Una conversión que procede de una ferviente caridad puede llegar a la total purificación del pecado, de modo que no subsistirá ninguna pena"

-(Cuadro que refleja las almas del purgatorio)

"El perdón del pecado y la restauración de la comunión con Dios entrañan la remisión de las penas eternas del pecado. Pero las penas temporales del pecado permanecen. El cristiano debe esforzarse, soportando pacientemente los sufrimientos y las pruebas de toda clase y, llegando el día, enfrentándose serenamente con la muerte, por aceptar como una gracia estas penas temporales del pecado; debe aplicarse, tanto mediante las obras de misericordia y de caridad, como mediante la oración y las distintas prácticas de penitencia, a despojarse completamente del hombre viejo y a revestirse del hombre nuevo"


El cristiano que quiere purificarse de su pecado y santificarse con ayuda de la gracia de Dios no se encuentra solo, tiene la ventaja y la ayuda de ser miembro de la Iglesia. (*) "La vida de cada uno de los hijos de Dios está ligada de una manera admirable, en Cristo y por Cristo, con la vida de todos los otros hermanos cristianos, en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, como en una persona mística"

Condiciones para ganar indulgencias:

Para poder beneficiarse de las indulgencias es necesario estar bautizado, no excomulgado y en estado de gracia por lo menos al final de las obras prescritas para ganar la indulgencia. Esto es fundamental para no caer en la superstición o pensar que se trata de algo mágico. Para que el sujeto que reúne estas condiciones se beneficio debe tener intención aunque sea general, de ganarlas y de cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida.


Como vemos, uno de los requisitos es "Estar en estado de gracia", algunos se preguntarán: ¿y qué es eso?¿cómo se consigue estar en estado de gracia para ganar indulgencias?

Pues muy sencillo, como Cristo nos dijo que aquel quien le ama, es quien cumple sus mandamientos(Jn 14, 15-21), y aquel que premanece en su amor, El permanece en él(Juan 15,1-8). Por tanto, si no cumplimos los mandamiento que bien sabemos, Él no permanece en nosotros, y perdemos esa comunión con Él.

-(Monasterio de Santa Catalina (Sinaí, Egipto). Camino del cielo)




Si una persona no ha cumplido los mandamientos, tiene que volver a la casa del Padre (Lc 15, 11-32), que arrepentido de corazón, con el propósito de no volver a cometerlo, y confesando al sacerdote (representante de Cristo en la tierra, único mediador para poder perdonar o retener(Mt 20,23) todas las ofensas a Dios y al prójimo hechas, Dios todo misericordioso lleno de bondad, le perdona, y no sólo eso sino que derrama un manantial de gracias y como el hijo pródigo "hay una gran fiesta en el cielo"(Lc 15, 11-32). Como sabemos, al cometer un pecado (que el pecado es el rechazo a Dios), que puede ser venial, o grave/mortal(el cual nos priva de la gracia y de la Comunión con Dios), no solo se ofende a Dios, sino que se hace un daño que hay que reparar. Por ello, cuando confesamos, se nos perdona, pero hay que rectificar el daño que se ha hecho. No sólo a nosotros mismos, sino a los demás. ¿Cómo lo hacemos? Pues como bien nuestra Madre Iglesia, la cual Cristo nos dejó para formarnos y para ayudarnos a crecer y llegar a unirnos perfectamente con Jesús, en primer lugar se cumple la penitencia hecha por el sacerdote, y a parte nos impulsa a hacer obras de caridad, sacrificios por los demás,...

Por ejemplo, si una persona que no ha cumplido ningún mandamiento a lo largo de toda su vida, y en el último instante se arrepiente de corazón, y se confiesa al sacerdote, estará perdonando, y se pondrá de camino al cielo. Pero al morirse, su alma no está preparada para unirse con Dios, ya que por todo este daño que se ha hecho a lo largo de su vida por sus pecados, han ensuciado su alma enormemente, y como nos dicen las Escrituras, no está vestido para entrar en el banquete de la vida eterna. Sino que ahora debe purificarse, en lo que conocemos como el Purgatorio, el cual el alma se purifica, se limpia, con el "fuego del Amor de Dios", al contrario de lo que pasa en el infierno, que hay fuego sin Dios.

“Entrad por la puerta estrecha; pues angosta es la senda y estrecha es la puerta que llevan a la vida, y son pocos los que las encuentran. Pero ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por él." (Mt 7,6.12-14)

Contemos a todos este tesoro tan grande, que es conocer a Dios, y a su amor. El único camino que nos lleva a la eternidad. Aprovechemos el tesoro y las gracias que derrama la iglesia en nuestras almas. Ocupémosnos de las asuntos de la eternidad, que los asuntos terrenos son esfímeros.

(*)Catecismo de la Iglesia Católica

(**)Información sacada de: es.catholic.net

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